Creí que el ron me haría aclarar la mente, pero quedó más nublado el cielo.
Perdí monedas al dárselas a los señores que tocaban la guitarra y el acordeón, perdí billetes al pedir ronda tras ronda. Para que llorar, ya doy todo por perdido.
Le dije que ya no me pidiera más amor, ya todo se agotó. Se agotó en las esperas, en los celos, en mis sueños y ocultar mi soledad. No me pidas amor.
Siempre nos hicimos daño y el error: fue quererla de más.
Todos los días eran tormenta, nubes negras cargadas de malas palabras. Cuando vi llover ya era tarde para cubrirme de tanto reproche sobre la paciencia, la paciencia no es más que conformismo.
Estoy harto de tu frialdad, estando tan ausente por su belleza fría, me perdí de todo.
Después de cinco copas de ron, no estoy bien, si no desmejorado. Aún así todo debe de continuar, con el sabor amargo, pero a partir de ahora todo debe cambiar.
Pude saber que quiero, ya acabó de llover y adelante con el dulce olor de la tierra mojada, me acompañan buenos consejos y una buena mochila.
Lo sé nuevamente la he vuelto a cagar, hablando de mis relaciones personales en este blog, pero que puedo hacer si mi materia prima son mis propias experiencias, sólo algo retorcidas. Este tema de don Raphael, que sacó este disco después de su trasplante de hígado, escrito por Enrique Bunbury en su etapa circense, que por cierto fue la mejor, de su álbum De Vuelta del año 2003, disfruten y ya saben más de mí :).
Fotografía de I Scream Lav
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