2.21.2011

XXX: Reseña de CANTO


Fue una noche especial, el pasado 18 de Febrero, por eso no hubo entradas al blog una semana, para preparar algo que en verdad fue bueno. Un tributo lejos de algo comercial, no me se fue directamente a los éxitos o algo así.

Empezamos puntuales, no fue algo desastroso, aunque actuamos para aproximadamente doce personas, fue espectacular y genial. Temas agrestes cerca del desierto de Arizona. Un set acistico, sólo tres personas, yo (Othön Mateschitz), Herodes Lindroth y Sylwya Dragustunovis

SETLIST:
  1. Contar Contigo/Rock'n'Roll Suicide
  2. El Rescate
  3. Malicia
  4. Robinson
  5. Polen
  6. El Tiempo de las Cerezas

Se empezó con la guitarra agreste y chillona de Herodes Lindroth, rompiendo la apacible calma del local, la voz empezó a consumirse y el teclado de Sylwya se esfuma en esquizofrenicos sonidos.

"Que pueda contar contigo/como sabes que conmigo siempre/Que no cuente la suerte, no/sólo el destino que nos presentó"

La voz se desvaneció la voz y se encadenó con el riff de Rock'n'Roll Suicide de Bowie. Inmediatamente el ritmo se tornó mas lento y melancólico, las cuerdas se rompieron en extrañeza y siguió lúgubremente hasta la canción más comercial del set.

El Rescate empezaba a sonar. Aplausos del pequeño público, y un silbido de Sylwya para guiar la canción. Fue especial, incluso empecé a contenerme ya que no quería explicar de más.

Devuélveme el amor que me arrebataste/o entrégaselo, lo mismo me da, al abajo firmante/pues no hay en este mundo, -aunque parezca absurdo-/ni en planetas por descubrir, lo que aquí te pido.

Un silencio aterrador invadía la sala, no quería explicar nada, con la cabeza baja tomando el micrófono, Sylwya asiente la cabeza y empezamos con un vals extraño, la guitarra de Herodes tuvo que callar, el sólo hacía los coros.

Di comienzo a Malicia, cada parte de esa canción al estilo de un raro vals, sonríe Herodes y su mirada me dice que siga. La banda empieza a reír. Y el público por una razón conoce la canción.

Dejalo estar, no importa ya, ya me apañaré/no es la primera vez que dejas de lado/todo lo pactado sabes que te esperaré.

Una breve pausa, me presento ante todos, jamás mirándolos a los ojos, perdido dentro del micrófono, hablo sobre el blog, los proyectos y mi pequeña historia en París. A muchos no les importa así que hablo un rato. Herodes, toma su guitarra y empieza a hacer ruido.

De pronto siento que estoy en el lugar más extraño del mundo, ante demasiados desconocidos, olvidé tomar mi medicamento contra la depresión, mala hora, a cantar Robinson.

Se que prefiero evitar los problemas/antes que pretender resolverlos/prefiero guardarlos en secreto/y que ellos solos se desvanezcan.

He colapsado definitivamente, elegí este set de la manera más extraña, no quería lo comercial, sin querer predije lo que me iba a suceder, Sylwya sabe que ando mal, Herodes me ve y quiere llorar. Es extraño y el ambiente se hizo pesado.

De la manga sacó una sonrisa y me da fuerzas para cantar lo siguiente, sólo con la estridente guitarra de Herodes, ambos empezamos a alegrarnos por ninguna razón, aunque por dentro queremos morirnos, quiero sacar esto adelante. Polen.

Y estos ojos quebrados de vidrio/danzando como un tío vivo/edredón de nubes trenzado en algodón/enciende las luces, llévanos

El coro de Sylwya fue perturbador, y lo mejor, ya podemos dar paso a la tristeza, al fin terminaremos esto de una vez. Herodes saca su banjo y Sylwya su violín. El final de una manera extraña.

Ahora se que encontraras por ahi/a otros mejores.../no te preocupes por mi soy como los gatos/y caigo de pie.. y no me duele cuando me hacen daño

Terminamos y les decimos adiós. No regresaremos a este lugar, al menos en este año. Nos espera Ginebra.

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