Aquella mujer, aquella mala mujer, bajando de su lujuso auto. Vestida de cuero, con tacones de vértigo. Camina hacía el lobby, da pasos calculados al milimetro, su largo vestido se esfuma con el marmól del piso. Parece flotar hasta llegar al bar, toma asiento y ve a la banda tocar.
Mira descaradamente al cantante, lo seduce y humedece los labios. El cantante quiebra la voz. Ella sólo sonríe y acaba la presentación. Aquel artista entra al camerinom y ve aquella mujer acostada en el piso.
Que le ocurre, ¿Se siente mal? - Dice el artista a la mujer tirada.
Nada, sólo quería verte de otro ángulo. - Se quita los tacones, y la suela roja predice el final.
¿Qué quiere? - Mientras se quita la corbata y desabotona su camisa.
Sólo te quiero a ti. - Aquella mujer levanta suavemente su vestido y toma de sus piernas una navaja de plata.
El artista sabe que ocurrirá, pero no pondrá resistencia, no dará batalla. Sabe quíen es y sabe quien es ella. Sólo actuaron, sólo máscaras.
El cuarto se volvió rojo, tal como lo predijo Loubotin.
Este fue un fragmento de una pequeña historia más larga. Me basé cuando escuchaba a Spiritual Front y veía la revista Vogue, acompañado de Absolut Raspberry. Este es el último track de su álbum Rotten Roma Casino. Por cierto con la colaboración de Sonja Kraushofer, una chica de un trio austriaco llamado L'Âme Immortelle. Disfruten :D http://www.mediafire.com/?fuff63b63fdxvyl
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